martes, 29 de marzo de 2011
lunes, 28 de marzo de 2011
un maravolloso articulo
30 Ene 2011 - 1:00 am
Adiós a los toros
Por: Carolina Sanín
LA PRIMERA COLUMNA DE OPINIÓN que escribí para este diario, hace dos años, fue una defensa de las corridas de toros.
Pero antes de meterme de columnista, cuando vivía en España, fantaseaba con tener acceso por una vez a algún periódico para publicar mi amor por la tauromaquia y explicar que el foco de ese amor era siempre la bestia, el torero nunca. Conservo de la época un cuaderno lleno de comentarios legos sobre faenas que vi en Bogotá, en Madrid, en Barcelona, en Sevilla, en televisión y en extenuantes exposiciones de Picasso; de frases de cronistas, versos de Lorca y pasajes de Chávez Nogales y, sobre todo, de mis teorías peregrinas sobre los toros.
Notaba la miopía de Hemingway, que había visto en el matador a un hombre ultra viril, y me complacía saber que, por el contrario, el torero imitaba una imagen de la mujer: travestido, con los testículos desplazados, aplastados, jugaba con el capote que hacía el papel de falda, azuzaba el feroz falo, luego daba la espalda —el culo— a la deseada bestia, para enfrentar, con los brazos levantados, el aplauso de los otros machos de los tendidos, y por último sacaba el estoque (ole, ¡ella también tenía pene!) y en la aorta del otro confirmaba el tremendo temor masculino —el tremendo deseo— de la penetración.
Pero mi interpretación de la corrida quería escapar al orden simbólico. Yo despreciaba la manida figura de las tinieblas y la luz, de lo civilizado contra lo salvaje. Si había que seguir toreando, esto se debía justamente a que la corrida era la única ceremonia de nuestro tiempo en la que no se pretendía representar sino presentar algo. Y lo que se presentaba era nuestra experiencia inenarrable de la muerte, y el anacrónico imperio del sacrificio sobre el consumo. Admiraba de la corrida la versión de “faena” que proponía: un trabajo que no producía otra obra que un cadáver. Me interesaba también la paradoja de la educación que parecía poner en evidencia: a través de la lidia, el toro, que nunca antes había estado en una plaza, aprendía a ser toreado; es decir, aprendía a ser lo que hasta entonces había sido a sus espaldas: un toro de lidia; y justo cuando lo aprendía, descubría que ese destino de transformarse en sí mismo coincidía con su final a manos de su maestro. Me embelesaba esa usurpadora y fracasada labor creativa que tenía lugar en domingo, el día en que el Creador descansa: con la lidia, el torero hacía un animal, pero sólo podía hacerlo muerto. Me intrigaba además el escenario circular, con su telón reversible —la muleta— que se descorría una y otra y otra vez, indiferenciaba los ámbitos del espectáculo y el espectador, y sugería así una crítica del teatro. Veía en la corrida la búsqueda de la amistad imposible entre hombre y animal.
Todo eso. Pero un día vi que lo único que me inspiraba era el epílogo: cuando las mulas sacaban del ruedo el toro muerto; ese momento en que ellas y él estaban solos en su funeral inexistente. Al rato, aparecieron los perros en mi vida: Sadie, Julio, Lucy, Cosme, Damián, Dorita y Dalia, y aprendí a verlos vivir. Empecé a mirar los gozques que rondan en Bogotá la sede de la Academia de la Lengua, los caballos de tiro de los cartoneros, que, hacia las dos de la madrugada, pastan sin carreta en los separadores de las avenidas de mi barrio, y los animales olvidados que arrastró la ola invernal. Leí a Elizabeth Costello. No tengo argumentos intrincados para opinar que las corridas deben acabarse. Baste con decir que creo haberme dado cuenta de que la compasión por los animales es el único signo de evolución que mi generación ha visto. Y por una obstinada confianza en el espíritu humano, me despido de los toros. Sin teoría literaria, pero, ahora sí, con amor constante.
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informe introductorio de la clase
CURSO INTRODUCTORIO DE TECNICAS DE LA COMUNICACIÓN ORAL Y ESCRITA.
En el primer semestre de trabajo social se realizó el curso introductorio que se llamó: Técnicas De La Comunicación Oral Y Escrita.
Al principio solo se creía que era una más de esas clases llamadas de “rellenó” sin embargo, cuanto más pasaba el tiempo de clase, que por cierto paso rapidísimo por lo ameno que estaba, Los estudiantes se daban cuenta que el conocimiento que tenían hasta ese momento acerca del lenguaje era nulo por no decir inútil.
Siguió la semana conociendo a los compañeros además, de mostrar nuestras obvias falencias respecto al idioma.
Lo primero fue saber el ¿Qué? El ¿Cómo? y el ¿Cuándo? De la pronunciación de las palabras. En ese día se conoció algunas manifestaciones del lenguaje que afectan la manera como se expresan los sentimientos y actitudes tales como: la jerga, el tecnolecto, los modismos, los vulgarismos, los extranjerismos y neologismos.
Se aprendió que las palabras son más que letras dibujadas, son sonidos que si se saben distinguir será facilísimo manejar el resto del lenguaje. Es como si se convirtiera en música para los oídos.
Además de acentos cantados, agudas palabras, graves silabas, esdrújulas, todas con tilde, sé recordó es más se enseñó que un examen era la mejor forma se saber que sabemos y de aprender que aprendimos todo a base de práctica.
Por ultimo no se dejó atrás la puntuación. Esta es una de las formas más claras de que tiene el autor para expresar sus tristezas, angustias, agonías, suspiros, sorpresas y demás.
Con estas pautas se espera, que el estudiante tenga competencias suficientes para el resto de su carrera social. Adelantándose un poco a lo que le exigirán en el tiempo de su aprendizaje.
resumen de el cuento el anima sola
EL ANIMA SOLA DE TOMAS CARRASQUILLA.
TITULO: El título del cuento no se desvela hasta el final, cuando se habla de un castigo por una opinión sin razón. En este caso será el castigo de ser un alma en pena, además de eterna y sola.
TEMA CENTRAL: se maneja un tema central que es el amor destruido por una duda sin fundamentos, esto desencadena una maldición tanto para los protagonistas como para el “malvado” el cual, no es más que un hombre que no pensó las consecuencias de su comentario.
AUTOR: TOMAS CARRASQUILLA (Santo Domingo, 1858 - Medellín, 1940) Narrador colombiano cuya obra es una de las más importantes publicadas en su país en la primera mitad del siglo XX.
Era hijo de Raúl Carrasquilla Isaza, ingeniero civil, y de Ecilda Naranjo Moreno, quien enseñaría el amor a las letras a su hijo. Durante su infancia alternó los estudios en la escuela de su pueblo natal, Santo Domingo, en Antioquia, con el ambiente de las minas en las que don Raúl trabajaba.
Otros cuentos de Tomas Carrasquilla fueron: EN LA DIESTRA DE DIOS PADRE,EL ANIMA SOLA Y SALVE REGINA.
IDEAS PRINCIPALES
· Un rey frustrado que no puede tener hijos varones y que se ensaña con los habitantes de la ciudad porque cree que es culpa de su Dios.
· El príncipe, llamado Timbre De Gloria el cual le dio al reino alegría y bonanza para el pueblo.
· El amor de Timbre De Gloria y Flor De Liz truncado por una duda sin fundamento.
· El profesor de Timbre De Gloria destruye todo lo maravilloso de las dos familias, además de destruir por completo el futuro de los amantes. todo por un “PERO” dicho sin cuidado ni razón.
· El castigo eterno de un hombre pecador que destruyo todo un reino por una lengua sin control.
RESUMEN DEL CUENTO DIVIDIDO EN TRES PARTES:
PRINCIPIO: Al principio del cuento de presenta a un rey amargado por causa de la falta de un hijo varón.
El pueblo era quien sufría la desdicha del rey, ya que se volvió malvado, además de un asesino sin piedad, porque pensaba que dios era el causante de su frustración de y no ser padre de un hijo varón.
Cuando llego Timbre de Gloria, que así se llamó el primer hijo del rey todo el reino se puso feliz y llego la paz, por supuesto no podía faltar una historia de amor con una princesa hermosa llamada Flor de Liz.
NUDO: El amor que sentían estos jóvenes era muy fuerte, sin embargo el profesor de Timbre de Gloria dio una opinión personal a su discípulo con una frase que destruiría los sueños de los enamorados. Un simple “PERO” arruino todo los sueños y futuro de Timbre de Gloria y Flor de Liz, ocasionando no solo destruirlos a ellos sino también a todas las familias que los rodeaban.
DESENLACE: él profesor sabiendo lo que hizo y sintiéndose culpable por su falta, pide a los obispos y Papa de la época que lo ayude a pagar su penitencia, al menos para quitar un poco la culpa, pero con todo lo que avía provocado no tenían otro remedio que sentenciar, primero su cuerpo y después su alma al sufrimiento eterno.
Lo primero sería tener la penosa tarea de no bañarse solo comer pan duro y un poco de agua cada día, además velar los muertos que se le presentaran en el camino de su destierro.
Al finalizar su vida el profesor con 150 años se encuentra con el velorio de una monja que llega a ser Flor de Liz y a quien tiene que velar por una noche, como lo hacía siempre con los muertos que se encontraba en su camino.
al contemplar ella al profesor en un estado lamentable monstro en sueños todo lo que él había hecho con ese “PERO” y el sufrimiento que causo. Pará finalizar la religiosa le quito la lengua símbolo de la calumnia, la cual yace, aun hoy día en una piedra todavía palpitando y el profesor todavía pagando su pena como anima sola.
OPINION PERSONAL: Me parece que el cuento es una obra maravillosa tanto hace un siglo como en el día de hoy.
Debo confesar que hay que ponerle un poco más de cuidado a la lectura ya que tiene palabras de la lírica antigua muy complejas, pero que el escritor con esto estaba dando la idea de una era medieval y media.
El final, aunque un poco misterioso y fantástico no deja de ser impactante ya que termina con la lengua ensangrentada mostrando que de ella era la culpa de tanto sufrimiento.
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